Por Juan Tomás Valenzuela
Pasó otro fin de semana
y la planta no encendió,
Bichara, nos engañó,
o fue Danilo, su pana.
Vuelven a dar en la diana
la gente que había advertido,
que este cuento del ungido
de que habría luz por un tubo,
no sería más que otro cubo
de este gobierno fallido.
Ya probaron con gasoil,
grasolina y Kerosene,
con romo, whisky, clerén,
con bencina y con fuel oil.
Se habló con Cuco Valoi,
pa’que les preste el cachimbo.
Lo intentaron con el quimbo
del Coronel Aureliano
y ni en Macondo, mi hermano,
pueden sacarnos del limbo.
Lo invertido en Catalina,
de acuerdo a Rubén Bichara,
si no es la inversión más cara,
al menos es la más cretina.
Tan solamente en bocinas
que defienden la inversión,
se ha pagado en corrupción
por debajo de la mesa,
con que instalar otra empresa
que resuelva esta cuestión.
Lo único que falta hacer
a ver si enciende esta planta,
es colocarle las llantas
del yipe de Lucifer.
Buscarse un nuevo chófer
para el año 2020,
sería un paso inteligente,
partiendo de que hasta ahora,
con el que está, no avisora
que ahí pueda salir corriente.
Comentaba mi señora
queriendo ver “que lo que”,
que lo intenten con los pies,
como hacen con las motoras.
O que busque la pastora
que entre medio de los ruegos,
cantaba “Mándame fuego”
frente a su feligresía,
y cuando el fuego venía
le decía a Dios que era un juego.
Lo que en verdad no es un juego,
como dice la creyente,
es lo que hace el presidente,
que cree que aquí somos legos.
Habrá que pegarle fuego,
a la planta o al gobierno,
porque ya nos vale un cuerno
lo que pase de aquí al 20.
O resuelve el presidente
… o se busca un plan alterno.
Juan de los Palotes
24 febrero 2019